miércoles, 20 de julio de 2011

Carta a Juan E.


Juan Esteban Martínez

Amigo nuestro… Juan E., como siempre te llamaba Gloria:

Ayer estuvimos todos pensando en ti. Nos reunimos con tu familia para hablar de las horas disfrutadas en tu compañía. Tuvimos nuestros ratos de silencio, como los tuyos cuando los viernes hurgabas en un pequeño libro para encontrar la palabra certera que pone en oposición las ideas y genera el espectáculo de las mentes en acción.

Ayer fuimos mesurados. No teníamos discusiones pendientes, era el momento preciso para dejar correr el sentimiento a sus anchas y abrazarnos con fuerza. Recordamos la tuya, no fue fácil el paso al nuevo estado de la materia. Tampoco lo fue para los que creíamos posible hacer una pausa en ese proceso inexorable.

Nos reconocimos, esta vez para afirmar la amistad. Sonreíamos porque vale la pena disfrutar con la imagen ya grabada en todos de tu sonrisa abierta y dispuesta a compartir y de tus momentos de grandeza cuando te disculpabas por una imprudencia.

No podemos negar las lágrimas. La silla vacía produce ese estado de impotencia. Lo bello Juan E., es que estabas ahí. Estabas en cada uno de nosotros. En tu familia, ese círculo privilegiado en quienes confiaste tu intimidad. En la fortaleza de tu hijo, en la ternura de tu hija, en la diplomacia de tu esposa, en la aceptación de tu familia y en todos nosotros: los jocosos, los transcendentes, los sonrientes, los intranquilos, los rígidos, los informales, los inconformes, los sentimentales. Éramos los que tú elegiste para compartir. A cambio de esa presencia tuya, estuvimos todos.

Hablar de ti significó también recordar. Valorabas la inteligencia, por eso estar donde tú estabas era una experiencia para enriquecerse, que no debemos perder. Agradecimos tu amistad. Nos reunimos ayer para decirnos muchas cosas, para pensar, para concluir otras. Este legado de fraternidad es el poder, el poder amado por ti; el de la sabiduría. Nos reunimos porque nos necesitamos.

Juan E., solo faltaron tus bromas y tu sonrisa de niño.

Posdata: En Gotas de tinta te vamos a extrañar.