El viernes 24 de febrero, Rodrigo Gallego nos habló sobre las probabilidades de vida en el universo. De ella, aunque queramos, no lo sabemos todo y existen cosas que no podemos explicar de forma lógica. Nuestra Luna, colaboradora muy importante en su desarrollo y sostenimiento, se va alejando. Los futuros ocupantes del planeta, en un par de cientos de millones de años, no verán eclipses, la Luna será muy chica. Por el momento, la invisible mano de la gravedad lunar estabiliza el bamboleo de la tierra, previniendo oscilaciones rotacionales caóticas que, de otra forma, habrían causado cambios excesivos en el clima de la Tierra. Con esas inestabilidades se habría complicado el surgimiento de la vida en el planeta.
Como un ejercicio intelectual, la ecuación de Drake apunta a una civilización capaz de comunicarse, de aliviar nuestra pregunta. Los parámetros considerados por él han cambiado y ese alentador resultado de 10 posibles planetas extrasolares, con la información actual, ya no es sostenible.
Hasta el momento, cualquier forma de vida la concebimos a partir de la vía carbono-oxígeno. No obstante, existen algunos intentos de la ciencia basados en el silicio para aquellos planetas que orbitan más cerca o más lejos de su estrella. ¿Hablamos en este caso de vida inteligente?
Los invitamos a mirar el texto completo en las palabras del expositor en la revista No. 8.
