sábado, 21 de noviembre de 2009

Yo no quiero la paz

Luis Tejada

¡Yo no quiero la paz! maldita sea

la tranquilidad sugestiva de la aldea.

¿Una casita blanca metida en los rosales,

mujercita, un chiquitín huerto con flores?

¿Vivir entre el olor de los maizales,

sin penas, sin trabajos, sin dolores?

Eso no es vida ni nada, eso es la muerte

para los hombres de robustas manos;

las mujeres tan sólo y los ancianos

podrán vivir la vida de tal suerte.

Pero yo, que tengo sangre roja,

una sangre tan roja que no escucha

mi voz aplacadora, que me arroja

en mitad de la arena y dice: ¡Lucha!

No puedo estar en paz. Paz y quietud

son un pecado de lesa juventud.


Glóbulo Rojo, Pereira, 5 de mayo de 1917

lunes, 9 de noviembre de 2009

Velada inaugural

A todos los participantes, seguidores y amigos de Gotas de tinta, queremos informarles sobre nuestra velada inaugural el miércoles 25 de noviembre.

La exposición estará a cargo de Natalia Maya Ochoa, periodista y comunicadora social de la Universidad de Antioquia. Postgrado en Hermenéutica Literaria de la Universidad Eafit. Master en Edición de Textos, programa que dicta Santillana en asocio con la Universidad de Salamanca en Madrid, España. Se ha desempeñado como editora de Área en La Editorial Universidad de Antioquia, en donde tuvo a su cargo la edición de más de 30 títulos. Igualmente ha apoyado procesos de edición para diferentes publicaciones, entre las que se encuentran algunos trabajos para El Planea en la Gobernación de Antioquia. Su última pasantía la realizó en la Editorial Taschen, sede Madrid. Textos suyos han sido publicados en las revistas El Malpensante, Revista Universidad de Antioquia y Odradek.

Por favor comuníquenos su deseo de asistir a: gotasdetinta@gmail.com Tenemos un cupo limitado.

Gotas de tinta

Luis Carlos Tejada Cano

A Luis Cano

El mejor cronista es el que sabe encontrar siempre algo de maravi­lloso en lo cotidiano; el que puede hacer trascendente lo efímero; el que, en fin, logra poner mayor cantidad de eternidad en cada minuto que pasa.

El mejor periodista no es el más sabio sino el más intuitivo; no es el que escribe mejor, sino el que mejor sabe hacer escribir; no es el más honrado, ni el más sincero, sino el que es capaz de hacer decir al mayor número de gentes: ¡eso era lo que yo pensaba!

El mejor novelista es el que amalgama en su trama lo inverosímil dentro de lo posible, lo fantástico dentro de lo real. Porque así va recto al corazón del hombre, eternamente iluso, heroico y ansioso de realidades enormes. Por eso los libros perfectos, los únicos verdaderamente humanos, y que se pueden leer todavía con deleite, son los libros de aventuras: Homero y Dumas.

Entre nosotros, artistas y poetas casi nunca coinciden en un solo individuo. El tradicional afán parnasiano de pulir demasiado la frase, prefiriendo las construcciones y las palabras excesivamente sutiles, aunque estén descargadas de enérgica expresión y de hondo sentido emocional, ha impedido la renovación de nuestra lírica. Tenemos artistas admirables, pero no tenemos un poeta conmovedor.

Sin embargo, hay versos malos que son muy bellos.

El más grande poeta de América es Juana de Ibarbourou.

Parece que la poesía de hoy y de mañana pertenece a las mujeres. Sólo ellas, que traen a la literatura su sensibilidad virgen, podrán darnos un matiz nuevo de emoción dentro de los viejos temas, ago­tados ya por los hombres.

Y viéndolo bien, la poesía es una actividad esencialmente femenina. Todos los poetas verdaderos han tenido alma de mujer.

A los hombres les quedará la prosa. La técnica de la prosa perfecta es demasiado profunda, para que esté al alcance de las menudas uñas de rosa; la prosa perfecta requiere la garra madura, crispada y genial del macho.

Pero, después de todo, ¿para qué escribir? Se podría escribir aun cuando no fuera sino por el deleite inefable de leernos a nosotros mismos. Yo soy mi mejor lector. La obra maestra, para mí, es la que yo hago, porque es la que más se acerca a lo que yo sueño que debe­ría ser una obra maestra; es la que más se aproxima a mi caro ideal; y no admiro a los demás, sino en relación directa a la semejanza que tengan conmigo, porque en esa misma proporción los comprendo.

No se deberían leer sino los propios libros.

El Espectador, "Gotas de tinta", Bogotá, 19 de marzo de 1922.

¿Conocían a Alda Merini?

Considerada una de las voces más claras y profundas de la poesía italiana del siglo XX. Simpática y nostálgica, su personalidad vital recordaba el eco de sus versos, de apariencia simple y burguesa. Fue propuesta por la Academia Francesa al Premio Nobel de Literatura en 1996.

Un poema de la escritora para disfrutar:


Mi pasado

A menudo en voz baja me repito
que se debe vivir de los recuerdos
sólo cuando me queden pocos días.
Aquello que ha pasado
es como si nunca hubiera sido.
El pasado es un lazo que
se aprieta entre mi mente y mi garganta
y me quita energías
para afrontar el presente.
El pasado es el humo
de quienes no han vivido.
Lo que he visto
no cuenta ya para nada.
El pasado y el futuro
no son realidades,
sino ilusiones efímeras.
Me tengo que liberar del tiempo
y vivir el presente
porque no hay otro tiempo
que este instante maravilloso.

Alda Merini (Milán 1931-2009)

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Maruja Vieira White: “Descaradamente viva”

El pasado 29 de octubre de 2009, tuvo lugar en Sabaneta un acto donde se le rindió un sentido homenaje a la poeta Maruja Vieira White y se le entregó el premio Erato.

Esta es la presentación que María Jaramillo Villegas hizo sobre la obra de Maruja Vieira en el acto central.

Sabaneta 29 de octubre de 2009

Me corresponde hacer la presentación de la maestra. Puedo empezar por su origen, por repetir las fechas, enumerar los premios recibidos y los títulos de sus obras. Muchos de ustedes ya conocen esta información, pero para aquellos desprevenidos que están aquí con el propósito de mirar de cerca a esta mujer a la que hoy Sabaneta le dedica toda su atención, la simpleza de un recuento de datos los dejará incompletos.

Maruja Vieira White es más. La Corporación de Arte y Poesía en la Calle quiere dejar su imagen viva porque hay cualidades en ella que la colocan por encima del reconocimiento. Maruja se hizo por amor, ha vivido por él y habla por él:

“… y algunos afortunados tenemos

una ventana por donde entra el sol de la tarde

y una voz muy amada que nos llama”.

En este canto de amor a sus ochenta y cinco años, se define “descaradamente viva”. Todo en ella lo está: sus ojos, sus oídos, su voz. El primero de septiembre de este año, esta mujer manizaleña iluminada por una sonrisa de paz leyó sus versos y conversó con el escritor Gonzalo Mallarino. Vigente y activa, crea en la belleza de su madurez privilegiada.

He observado en la historia de Maruja una constante: Su padre, Joaquín Vieira; su tío abuelo, Rafael Uribe Uribe; su esposo, José María Vivas Balcázar; su inspirador, Antonio Machado y considero también a su hermano Gilberto. Hemos escuchado decir en el argot popular: “Detrás de un gran hombre, hay siempre una gran mujer”. Seguramente las habrá, pero en ocasiones como ésta, encontramos al lado de una mujer muy especial, no uno, sino varios personajes masculinos cuyos valores influyeron en su ingenio, sin descartar desde luego la sombra de su madre, Mercedes, y de su abuela, Rita.

“Era mi padre, íbamos juntos,

era el mundo.

No había más en las trémulas

soledades del alma

que su paso ya lento,

su voz dulce y antigua

y el tiempo azul, que araba

la tierra de mi infancia.”

El amor de Maruja por ellos, por su familia y por cada pedazo de su vida está en sus poemas. La Corporación Arte y Poesía en la Calle la invitó para divulgarlos. Los escogió con todo cuidado para verlos volar sobre la ciudad, para dejar la huella de La niña de las canciones: Ana Mercedes Vivas, la hija del amor, la que cala más hondo, hoy cuando todavía “no encuentra las palabras para decir la ausencia de las manos del padre”.

“Cuando era necesario elegir

entre el pan y las flores,

comprábamos las rosas.”

Tres versos de su poema Todavía que hablan por sí solos, tres versos para resumir la filosofía de una familia que ostenta el don más preciado, el de estar unidos por el amor y por la capacidad de distinguirlo por encima de los bienes materiales.

Maruja Vieira es más. Miembro de número de la Academia Colombiana de la Lengua, escribe porque sabe y sabe lo que escribe. Poeta, catedrática, crítica literaria y periodista; empezó jugando con lo que más tarde sería su oficio. Autodidacta, como su hermano Gilberto, ya fallecido, ama la docencia. Ha enseñado en las universidades Central y de la Sabana de Bogotá. Personas como Maruja, ejemplo de tenacidad y talento, convencidas de hacer lo que desean, “descaradamente vivas”, son las indicadas para dedicarse al honroso trabajo del maestro.

“Recuerdo que mi escuela

tuvo un balcón de árboles

y un patio junto al claro

viaje de los gorriones.”

Su “Columna de humo” en El Espectador no fue tan sutil. Sirvió de ejemplo y abrió camino para otras mujeres de temple y sensibilidad como la suya. La Universidad Central postuló a la escritora al Premio Nacional Mujeres de Éxito en la categoría cultural y artística y el jurado le otorgó el reconocimiento a la poeta por su libro Los nombres de la ausencia. El libro fue presentado en el año 2006 por la Fundación Mujeres de Éxito. David Mejía Velilla escribió en el prólogo: “La elegía es el canto de la inmortalidad, del amor que perpetúa más allá de la muerte, más allá de los desiertos del olvido.”

Ha recibido varios reconocimientos. Le fue concedida por Chile la Orden Gabriela Mistral. El Departamento de Caldas la condecoró con la Orden Aquilino Villegas y su ciudad natal con la Cruz de Manizales. Colombia la ha sentido: Gran Orden de la Cultura del Ministerio de Cultura, Medalla Simón Bolívar del Ministerio de Educación Nacional y Medalla Honor al Mérito Artístico de Bogotá, D.C.

Esta noche, la Corporación Arte y Poesía en la Calle y al frente de ella, su gestor Diego Luis Bedoya Sánchez, unido a un grupo de amigos entusiastas, Sabaneta y todo este público ávido por las expresiones del arte, quieren rendirle un homenaje. Arte y Poesía en la Calle cumple sus veinte años de labor cultural y los celebra con la entrega del reconocimiento nacional Erato a la poeta, pero también hoy nos asombra esta mujer de los amores leales, que cree en su fuerza.

Que...

“Todavía

cerca del corazón se detiene la vida

cuando te nombra alguien”,

y ese alguien llegó para llenarla de satisfacciones, poner una sonrisa en su rostro, enriquecerla y conservarla hoy, “descaradamente viva”.

María Jaramillo Villegas